Cuando estaba cerca del tesoro, de repente se oyó un gruñido:
-Grrrrr!Grrrrr!
Era el dragón! Me asusté muchísimo y salí por patas.En un sitio me detuve y e di media vuelta. Me acerqué al dragón y...
Por suerte, el dragón estaba durmiendo, y me puse contento. Fui a por el tesoro, y cuando iba a volver a casa, el dragón estaba despierto. Y no salí de alli nunca más.
FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario